viernes, 6 de julio de 2012

Cierta temporada


La temporada en tu departamento

Primero es lo que es
primero:
Eres tú
porque un conjunto hace una sola entidad.

Tú me dejaste irrumpir en la sala
destrozar tus pacíficas noches,
hasta husmear en tu refrigerador.

Llegan los cuerpos
a los viñedos
ya en cierto punto
los cuerpos también se hacen uvas.

¿Cómo leería la mesura  a  Creeley?
                                                               “…unfortunately we are







                                                               unable…”                                                          

Cabalgamos por esta ciudad alienígena (alien como lo usan acá)


martes, 3 de julio de 2012

Infancia


La infancia
época de las nubes con forma de sueños.
Aquí la música se quedará incrustada
en la memoria que morirá
junto a nuestra tumba.

Veinte años después,
la infancia,
un suceso estático
dónde recuerdas tus vestimentas de fiesta.
Desde entonces
ves morir a tu familia en fila
sabes que Dios no tiene piedad.
                               ¿Tuviste un dios?

Las lecciones de historia
fueron ejemplos del futuro.
                               La vida con forma de círculo

La infancia es un hecho aislado
recuento de “daños colaterales”.
Cuestionable periodo archivado.

Casi un país (Fragmentos)


Casi un país
(Fragmentos)


V
Una vez más salí de las flores,
de mis girasoles ojos.
El mundo estaba vacío.
Cansado de rodear un sol,
caminé por nubes
aves blancas que cagaban sueños.
Recuerdo que treinta y cuatro mil dientes formaban una escalera,
donde la gente
con sus almas azules,
recogían la cascada de excremento.
Para no olvidar,
dibujé el reflejo de los siglos
en el vientre de un quetzal.
Tan rápido como se dibujan los sueños
al despertar
pero luego, se van.

VI
Cuando al fin me vi en un mapa
mandé quemar al ave,
jamás la pude creer,
era color cenizo morado,
dijo que podía nacer en cuatrocientos sonidos.
También cantaba de noche,
suavemente,
por eso la encerré
porque cada pluma era libre.

Dicen que esas aves eran hábiles astrólogos.

Ella comía todo tipo de maíz
tenía alacranes pintados de azul.

¿Dónde estoy de nuevo?
Aunque no tengo carne
me duele el frío.

Es un desierto sin nubes

La noche de mañana vi una procesión
llorando sin rostro.
El ave envuelta
en atavíos púrpuras
saludó mi luto.
Lloré por un momento.

Seguí por mi ruta.

IX
Necesito mi propia lengua.
Pido un sistema de voces
unísonas que bailen bajo el sol
que no las olviden cuando su piel cambie
de aspecto.
Quiero un hogar
casi un país
que me envuelva.
Habitantes con
almas 
pero sin voz.
Tristes navegantes en los ríos del desierto
hay en este barrio.

            Parece que aterrizo.
Este viaje,
a su derecha
tiene voces incendiarias
que queman guitarras bajo los árboles para darse calor.
Ellas tienen un dolor en los ojos
al igual que tú,
ven estrellas en el día.
Duelen los destellos,
duelen y no existen

Ya me planto ante el mundo
lo miro como una entidad
respirando.
Respira cien mil novecientos idiomas.


Cansado de mirar el falso reflejo de los mares
miro al poema como un viaje
sin fin.
Una historia colectiva
escrita de una explosión,
y sus padres
y planetas.
Esto es un camino
al que le planto
razones de lava para caminar
en el fondo de los cielos.
Eso es la vida
Esto es el planeta vida.
“Debe ser así de humano para poder viajar”
Bienvenidos al planeta guerra.